lunes, 28 de mayo de 2012
Piedras rodantes
Son rocas que se mueven lentamente por la superficie de la playa, dejando un rastro tras de sí, sin intervención alguna de humanos o animales. No parece que el viento, aunque muy intenso en la región, sea por sí solo el responsable, ya que hay rocas de más de 300 kg que necesitarían vientos de casi 300 km/h para moverse. Las rocas que poseen superficies irregulares dejan surcos estriados y las que muestran superficies más suaves simplemente se deslizan. En ocasiones una roca se da la vuelta, exponiendo al suelo una parte diferente de sí misma y modificando así el tamaño y el aspecto del rastro que deja.
Estas piedras siempre han estado rodeadas de misterio y de explicaciones más o menos fantásticas. Los nativos de la zona consideraban que eran impulsadas por espíritus. Los primeros exploradores y buscadores de oro que observaron el fenómeno lo achacaron a un impreciso "campo magnético terrestre" u otro tipo de fuerza pseudocientífica. También se ha insinuado a veces que son mera obra de bromistas.
El largo surco dejado por una de las piedras
El por qué del desplazamiento de las rocas aún no está del todo claro. Sin embargo, en 1955 George M. Stanley desarrolló una teoría actualmente considerada como la explicación más plausible. El movimiento se debería a una acción conjunta del viento, el hielo y el barro: cuando la fina capa de agua que cubre el lago tras una tormenta se congela, las piedras quedan atrapadas en el hielo. Las placas de hielo, que empiezan a fundirse, flotan sobre una película acuosa que lubrica el contacto con el barro, haciendo que todo el conjunto (incluídas las piedras) sea desplazado por el fuerte viento. Estos movimientos se habrían repetido año tras año hasta depositar las rocas a decenas o cientos de metros de su situación original.
La brevedad de cada uno de estos desplazamientos haría el proceso casi imperceptible, permitiendo entender por qué nunca nadie ha visto moverse a las rocas.
Numerosos surcos en formación paralela
A mediados de los noventa se realizó un seguimiento GPS de varias rocas, demostrando que, en efecto, se movían ligeramente tras ciertas tormentas. Esto parece corroborar la tesis de la acción conjunta de viento y hielo.
Esta curiosidad geológica no es exclusiva de Racetrack Playa, aunque es el lugar más conocido en el que se produce.
Video de las piedras: http://www.youtube.com/watch?v=u1hoiHvOeGc
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